1. No puedes ser todo para toda la gente, pero procura ser lo mejor para cualquiera que lo necesite.
  2. No puedes hacerlo todo a la vez, pero haz una cosa detrás de otra y verás cuántas haces. No te apoltrones en la comodidad.
  3. No puedes hacerlo todo bien, no eres Dios, pero procura hacer bien lo que hagas.
  4. No puedes hacerlo todo mejor que los demás, en lo que debes fijarte es, en que lo que hagas, lo haces lo mejor que puedes y sabes.
  5. Tu humanidad se muestra como la de los demás, limitada. Entonces no vayas aparentando lo que no eres. Dios te ama como eres, limitado ¿por qué tú no te aceptas a ti mismo y te pones tantas caretas?
  6. Debes descubrir quién eres y serlo, antes de estar angustiado por querer y tener.
  7. Debes decidir qué hacer primero y hacerlo. Y para no confundirte consulta el Evangelio y lo descubrirás de inmediato.
  8. Debes encontrar tu fortaleza y usarla. Pero la fortaleza no es fuerza física ni agresividad, sino la firmeza que se desprende de la Fe en Cristo.
  9. Debes aprender a no competir con otros. El Señor en ningún lugar nos enseña a hacer eso, sino a amar, donde no se pierde el tiempo compitiendo sino entregándose a los otros.
  10. Debes aprender que no hay otra persona en la competencia que sea como «tú». Eres único para Dios, así que compite contigo mismo siguiendo las pautas del Evangelio para cada vez ser mejor.
  11. Aprenderás a aceptar tus propias diferencias y ver qué te enriquece. El Señor nos ha creado a su imagen y semejanza, pero no nos ha creado clonados. ¿Por qué te empeñas tú en serlo?
  12. Aprenderás a escoger prioridades y tomar decisiones. Sigue la escala de valores que nos propone Cristo y actúa en consecuencia.
  13. Aprenderás a vivir con tus limitaciones y tus debilidades. Si no es así, estarás en una depresión continua y acabarás esquizofrénico.
  14. Aprenderás a darte el valor que debes tener y el que tienen los demás. Vales mucho para Dios y el Señor quiere que también valores a los demás, entre otras cosas, porque son tus hermanos aunque sean diferentes.
  15. Aprenderás a ser un mortal que vive y que la muerte sólo es un paso para la vida sin fin. Si no aceptas el mismo camino de Cristo para llegar a la Vida, date por muerto porque tu vida no tendrá sentido.

Atrévete pues a recorrer el camino del «via crucis» y verás que:

  • Eres una persona única y maravillosa a quien Dios ama.
  • Eres un instrumento de Dios en la historia para que otros descubran también que Dios les ama.
  • Que es tu deber buscar la felicidad y que si cuentas con Cristo en tu vida la encontrarás y la compartirás con los necesitados.

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