Nadie aplaude a la flauta después de un concierto, sólo aplauden al flautista. Aplaude y reconoce al Flautista de tu vida
¡Cuánto tiempo pasamos en nuestras vidas, pensando en que lo que logramos, lo hacemos por nuestros propios méritos, o por nuestra capacidad de hacer las cosas!
¡Cuánto tiempo emplea mucha gente aparentando, cuidando la fachada, fingiendo lo que no son, actuando con una doble personalidad, actuando por delante de una manera y por detrás de otra y sacando pecho! ¿Pero no se dan cuenta del ridículo que hacen y de la pena que dan?
Es el espíritu farisaico que combatió Cristo. ¡Cuánto daño se hacen a sí mismos y a la Comunidad! Y es que: nadie está más vacío que aquel que está lleno de sí mismo. Y nadie está más lleno de Dios que el que está vacío de si mismo.
¡Cuánta necesidad tenemos de comprender que en nuestras vidas el artista es otro!
Que no somos más que simples instrumentos inútiles sin el Músico. Inútiles pero muy necesarios para la melodía del amor de Dios.
Date un tiempo hoy, y no seas como el martillo que se cree la mejor de las herramientas, cuando por sí solo, no puede hacer nada. Abre tus ojos y fíjate de una vez que sin poner en práctica en tu vida el Evangelio, te conviertes en un estorbo para el Reino de Dios.
¿De verdad te crees autosuficiente porque eres muy pietista y muy cumplidor?
¡Qué equivocado que vas! ¡Sin amor sincero y sin ir por la vida de frente no eres nada ni nadie!
Acude a la intimidad con Dios en tus problemas y dificultades, en las falsedades que tú mismo has creado en torno a ti y quieres hacer creer a los demás como verdades.
Muchas veces no se es auténtico tal como pide el Evangelio, porque no se está dispuesto a reconocer que somos flauta y no el Flautista.
¡Vamos! reconoce humildemente tu necesidad de Dios para llevar tu vida por el buen camino. Y no te engañes por más tiempo con tanta apariencia y vanagloria.
¿Pero no ves que el tiempo pone a cada uno en su lugar? Si no cambias, después tendrás que huir o agachar la cabeza avergonzado.
Haz la prueba y no te arrepentirás. Cambia, que aún estás a tiempo.