Por mal que vayamos en la vida, si estamos dispuestos a luchar por mejorar, aún nos queda una salida, porque más tarde o más temprano aparecerá una mano amiga.

Por oscuros que parezcan los días y negras se vean las noches, si queremos claridad aún nos queda una salida, porque surgirá algo o alguien que nos abrirá los ojos.

Por hondo y ancho que sea el lago estando en medio de éste, si nadamos con toda nuestra fuerza nos daremos cuenta de que aún nos queda una salida, porque alguien impedirá que nos ahoguemos.

Aunque el sol no brille para nosotros y la luna no quiera iluminarnos con alegría, seremos felices si hay una luz en nuestro corazón que nos alumbra y nos hace ver que aún nos queda una salida porque la verdadera fe siempre está, aunque pase por noches oscuras.

Aunque el amor parezca que se ha olvidado de nosotros y nadie nos ame de verdad, si nos amamos con toda nuestra voluntad, el amor nos sonreirá y sabremos entonces que aún nos queda una salida, porque el amor de Cristo siempre está presente, aunque a veces no lo parezca.

Por mala que sea nuestra salud física y lleguemos a pensar que nuestra enfermedad no tiene cura y que este será nuestro final, si somos sanos de espíritu y alma, sabremos que aún nos queda una salida: Dios, él es la salud definitiva.

Aunque el dolor nos atormente y el sufrimiento parezca quebrantar nuestra alma, busquemos fuerza divina, confiemos en Dios, pues aún nos queda una salida.

Si somos prisioneros de los vicios y/o por hechos que hemos cometido, estamos a tiempo, confiemos en Dios, él puede romper nuestras cadenas, aún nos queda una salida.

Aunque todo el mundo nos dé la espalda y nadie con nosotros quiera andar, hagamos lo correcto aun contracorriente. Sigue el camino de Dios, Jesús es tu guía y al final de todo, tú verás que aún nos queda una salida.

Siempre hay una salida para el que está dispuesto a seguir el camino que Jesús nos va trazando, aunque a veces no lo entendamos.

No olvidemos que el camino es el camino, no la meta. Lo mismo pasa con Cuaresma: es el camino. La meta es la Pascua.

¿Lo intentamos? ¡Ánimo! ¡Feliz Camino, quiero decir, feliz Cuaresma!