Adviento es tiempo de esperanza. En nuestro mundo convulso, los cristianos esperamos la llegada del Salvador y creemos que el Evangelio que él anunció da un sentido plena a la historia y a la vida humana; por éstas y otras razones, los discípulos de Cristo somos portadores de la esperanza que ilumina al mundo. Y nadie como la Santísima Virgen María ha vivido más intensamente esta esperanza.
Desde que el ángel anunció a María el nacimiento del Hijo de Dios en sus entrañas, ella vivió un Adviento personal de nueve meses enmarcado en la larga expectación de siglos en la que vivía el pueblo de Israel. El día 17 de diciembre marca un punto de inflexión en el ritmo del Adviento: en los primeros días, la liturgia y la espiritualidad centran nuestra atención en la venida definitiva del Señor, cuando vuelva glorioso a poner fin y juzgar la historia; a partir del 17 de diciembre, hasta la víspera de Navidad, la atención se centra en el nacimiento histórico de Jesucristo en Belén, en nuestra condición humana; se trata, por tanto, de una preparación inmediata a la Navidad. Al llegar estas fechas, me gusta leer y meditar los episodios del Evangelio referidos al anuncio de la venida del Mesías, y que propongo a vuestra consideración:
· Mateo 1,1-17. La genealogía de Jesús.
· Mateo 1,18-25. El anuncio a José.
· Lucas 1,5-25. El anuncio del nacimiento de Juan Bautista a Zacarías.
· Lucas 1,26-38. El anuncio del nacimiento de Jesús a María.
· Lucas 1,39-45. La visitación de María a Isabel.
· Lucas 1,46-56. El Cántico de María, conocido como «Magnificat».
· Lucas 1,57-66. El nacimiento y circuncisión de Juan Bautista.
· Lucas 1,67-79. El Cántico de Zacarías, conocido como «Benedictus».
Podemos leer también las profecías del Antiguo Testamento referidas al nacimiento y la venida del Salvador, especialmente las que aparecen en el libro del profeta Isaías:
· Isaías 7,10-17. La profecía del Enmanuel.
· Isaías 11,1-10. La profecía del descendiente de David.
Asimismo están llenas de unción y son útiles para orar y meditar las antífonas del Cántico de María que la Iglesia canta en las Vísperas de estos días y que nos hablan de la expectación de la Santísima Virgen ante la proximidad del nacimiento de Cristo. Se conocen como «las antífonas de la O» porque todas empiezan por esta letra, indicando la exclamación de María en la proximidad del parto; de aquí viene la expresión popular de «María de la O». Para utilidad vuestra, os las trascribo seguidamente, deseándoos una buena y santa preparación para la Navidad:
· Día 17: Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!
· Día 18: Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ¡ven a librarnos con el poder de tu brazo!
· Día 19: Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ¡ven a librarnos, no tardes más!
· Día 20: Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!
· Día 21: Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la Luz Eterna, Sol de justicia, ¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!
· Día 22: Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ¡ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!
· Día 23: Oh Emmanuel, Rey y Legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ¡ven a salvarnos, Señor Dios nuestro!