Por la amistad que me manifiestas,
por mis defectos que no percibes,
por mis valores que tú acrecientas,
por mi fe que tú alimentas,
por esta paz que nos transmitimos,
por este pan de amor que repartimos,
por el silencio que lo dice casi todo,
por esa mirada que dice: Amigo, sigue adelante.

Porque tú no callas y no consientes,
por la pureza de esos sentimientos,
por la presencia en todos los momentos,
por estar presente aunque estés ausente,
por ser feliz cuando me ves contento,
por entristecerte cuando yo estoy triste,
por reír conmigo cuando estoy risueño,
por corregirme cuando cometo errores,
por mi secreto siempre bien guardado,
por tu secreto que sólo yo conozco y por parecerte que sólo yo merezco,
por encomendarme a Dios en todo instante,
por ese amor fraterno tan constante,
por todo eso y mucho más, yo te digo:
QUE DIOS TE BENDIGA, MI QUERIDO AMIGO.

Leave your comment