AdvientoAlegria-min

El tercer domingo de Adviento es considerado el domingo de la alegría, según la liturgia cristiana. A través e las palabras de Isaías, María y San Pablo se destaca la importancia de la alegría para los verdaderos cristianos, a pesar de las dificultades de la vida.

La primera razón para la alegría es la esperanza en Dios, ya que estos personajes bíblicos confían en que, a pesar del sufrimiento, Dios nunca los abandonará. La segunda razón es la alegría de la fe, subrayando que Dios es «Emmanuel», es decir, Dios con nosotros, presente en la vida cotidiana, las celebraciones litúrgicas y en las relaciones humanas. El tiempo de Adviento se presenta como una oportunidad para redescubrir esta presencia amorosa de Dios.

La tercera razón es la alegría de la caridad, que recuerda la importancia de extender la alegría a los demás, especialmente a los más débiles. Se destaca la responsabilidad de cuidar de las necesidades, los cautivos y los pobres. Se pone énfasis en el hecho de que la alegría solo es significativa si se comparte. El tiempo de Navidad es percibido como un momento de alegría compartida, en el que las personas se abren a la presencia de Dios y demuestran amor al prójimo.

En resumen, la liturgia de este domingo destaca la importancia de la alegría basada en la esperanza, la fe y la caridad, subrayando la necesidad de compartir esta alegría con los demás en tiempos de Navidad.