SaintAngels

Es una gran bendición celebrar cada año la festividad de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, el 29 de septiembre, y la memoria de los Santos Ángeles Custodios, que celebraremos el 2 de octubre. Ambas fechas nos ofrecen la oportunidad de reflexionar acerca de la presencia y la protección divina que nos envuelve en cada paso que damos en esta vida terrenal.

Los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael son figuras muy importantes en la tradición cristiana. Cada uno de ellos representa una virtud específica que nos puede inspirar en nuestra vida. El Arcángel Miguel nos recuerda la importancia de la justicia y el coraje, ayudándonos en la lucha contra las fuerzas del mal. El Arcángel Gabriel nos trae el mensaje de la bondad y la gracia divina, recordándonos que cada uno de nosotros tiene un papel importante en este mundo. Y el Arcángel Rafael es el ángel de la curación y la protección, que nos acompaña en los momentos de necesidad y nos ayuda a encontrar la paz. Estos seres celestiales no solamente son ejemplos de virtudes que podemos aspirar a incorporar en nuestras vidas, sino que son también poderosos intercesores dispuestos a ayudarnos cuando invocamos al Señor.

Por otra parte, el 2 de octubre celebramos a los Santos Ángeles Custodios, aquellos ángeles que Dios asigna a cada uno de nosotros como guía y protector personal. Estos ángeles son testigos silenciosos de nuestras vidas, acompañándonos en nuestros buenos y malos momentos. Recordemos que tenemos un amigo celestial que nos guarda y nos acompaña en cada paso que damos. En esta época en la que el mundo puede parecer incierto y lleno de desafíos, recordemos la fuerza y la protección que tenemos en la presencia de los ángeles de Dios. Recurramos, pues, a ellos en la oración, porque sabemos que siempre están dispuestos a interceder por nosotros ante el trono de Dios. A través de la comunión y la oración, podemos sentirnos más cerca de la presencia divina y experimentar la paz y la protección que nos brindan los ángeles. Que la celebración de los ángeles nos recuerde la gran bondad de Dios y su preocupación constante por nuestras vidas. Que ellos nos guíen y nos protejan en nuestro camino hacia la santidad y la proximidad con Dios.