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A uno que quería seguir a Jesús, pero que puso la condición de ir a despedirse de sus familiares, el Maestro le respondió: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios». Trabajar para el Reino y abrir caminos significa mirar hacia delante. Podemos y debemos recordar el pasado para aprender las lecciones de la historia y tener presentes nuestras raíces; pero no podemos anclarnos en la añoranza y mirar el pasado como si fuera una edad dorada ideal, en la que todo era perfecto y maravilloso, porque entonces no construiremos ni el presente ni el futuro. A quien mira mucho hacia atrás le sucede lo que a la mujer de Lot: se convierte en estatua de sal.

Empezamos un nuevo curso y hemos de mirar hacia delante, con ilusión, esperanza y energía. Éste será un curso especial en el que queremos poner en marcha nuevos proyectos de evangelización y de catequesis. En el ámbito mundial pediremos a Dios por la paz del mundo, el final de la guerra de Ucrania y de la crisis sanitaria y económica que nos viene afligiendo de un tiempo a esta parte. Nuestra parroquia, como porción de la Iglesia universal que se preocupa por dar a conocer el Evangelio, participa en el esfuerzo de enfocar la catequesis como camino de iniciación cristiana y de profundización en la vivencia de la fe. A todos, niños, jóvenes y adultos, nos conviene redescubrir lo que representa nuestro bautismo como gracia de Dios y compromiso creyente. También queremos que la fuente de agua viva se abra a aquellos que todavía no la han recibido, y por eso queremos dar un nuevo impulso al catecumenado de adultos, como oferta a los mayores de 18 años no bautizados, o no confirmados o que aún no han participado de la Eucaristía, para que puedan iniciarse ellos también en la vida cristiana y entrar a formar parte de la comunidad.

Como Iglesia, nuestra vocación es la de ser como el grano de mostaza, la más pequeña de las simientes que se convierte en un árbol frondoso, capaz de cobijar en sus ramas a una multitud de aves. Por todo ello, tendremos que trabajar mucho juntos, agarrando el arado con ilusión y mirando siempre hacia delante.