Ama a las personas con sus defectos y virtudes, no te tomes el tiempo para enumerar sus cualidades y elaborar una intrigada trama para conocer a los demás.
Estoy aprendiendo a amar, a leer entre las líneas, a escuchar con los ojos y oídos, a escuchar con el alma y con todos los sentidos.
A escuchar lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos, las manos inquietas, escuchar el mensaje que se esconde por entre las palabras vanas, superficiales; a descubrir la angustia disfrazada, la inseguridad enmascarada, la soledad encubierta.
Las personas suelen amar con la intención de ser amadas, si esto no es posible, descartan el amor dirigido hacia alguien en particular y lo buscan en otra persona, esto conduce a la inestabilidad.
Estoy aprendiendo a penetrar la sonrisa fingida, la alegría simulada, la vanagloria exagerada, a descubrir el dolor de cada corazón poco a poco, estoy aprendiendo a perdonar, pues el amor perdona, quita los rencores, y cura las heridas que la incomprensión e insensibilidad lo lastimaron.
El amor no alimenta resentimientos con pensamientos dolorosos, no cultiva ofensas con lástimas y auto conmiseración, el amor perdona, olvida, extingue todos los resquicios de dolor en el corazón.
Aprende primero a conocer el amor hacia todo lo que te rodea y luego aborda al amor del sentimiento, para que sea el amor del universo que te sostenga cuando falle el del sentimiento.
El corazón de un amigo es un tesoro ajeno que está puesto a tu cuidado, no lo maltrates ni lo desgastes si no quieres perderlo. Si puedes hacer esto como lo mejor de tus días, nunca necesitarás probarle a nadie lo buen amigo que puedes ser. Lo sabrán siempre.
Poco a poco, estoy aprendiendo a perdonar, a descubrir el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas, valor soterrado por el rechazo, por la falta de comprensión, cariño y aceptación, por las experiencias desagradables vividas a lo largo de los años, estoy aprendiendo a ver en las personas su alma, y las posibilidades que Dios les dio.
Estoy aprendiendo, ¡pero cuán lento es el aprendizaje!, ¡Qué difícil amar, amar como Cristo amó! Todavía tropezando, errando, estoy aprendiendo, aprendiendo a no ver solamente mis propios dolores, intereses, ambiciones y orgullo, cuando estos impiden el bienestar y la felicidad de alguien.

¡Qué difícil es amar, pero poco a poco lo estoy aprendiendo!

No seas tan serio en la vida que termines cerrando un círculo a tu alrededor asfixiándote de seriedad, porque el día que busques una sonrisa, no la encontrarás.
Disfruta de tu familia en armonía y amor, la familia es para amarla, no para negociarse entre sí.
Allí es donde debes presentarte sin armaduras ni falsos ropajes, pues te conocen tanto como tú a ellos. Ámalos, simplemente y déjate amar.
Las cosas terrenales no son eternas, todo tiene un principio, un desarrollo y un final, de ti depende que el principio sea ahora, tengas una vida para desarrollar la historia y finalices cuando hayas hecho todo lo que tenías por hacer. De lo contrario, todo puede suceder en un día, un trabajo, una historia de amor o una carrera.
Sé buena persona, cultivando tu espíritu y conociendo a Dios, para que te proteja en los momentos difíciles, él habla en el silencio de tu alma, no en las vidrieras de la vida, ni con altavoces electrónicos, pues en lo simple está la maravilla esperándote.
No negocies tu amor, pero tampoco lo pierdas en quien no quiere recibirlo, pues es un daño tanto para la persona a la que obligas a amarte como para ti que desperdicias un tesoro, mucha gente espera de tus sonrisas, tu compañía y tu amor.
Al final, como ves, se trata sólo de amar al estilo de Cristo.

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